El Manejo Integrado de Plagas en Horticultura

Dentro del marco de capacitación en las Buenas Prácticas en el Uso y Manejo de defensivos agrícolas promovida por la Cámara de Fitosanitarios y Fertilizantes (CAFYF) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a través de la Dirección de Extensión Agraria (DEAG), el Ing. Agr. Victor A. Gómez López, M. Sc., especialista en Entomología Agrícola, dio énfasis a las plagas hortícolas en especial de los cultivos de Tomate y Pimiento.

Resaltó que el manejo integrado de plagas, en este caso insectos, en el contexto de las Buenas Prácticas Agrícolas debe basarse siempre en el conocimiento del comportamiento de los mismos, así como su interacción con otras especies vegetales; y los factores climáticos; la temperatura y humedad. “Debe considerarse el ecosistema agrícola; y no solamente observar a un insecto plaga que pudiera dañar el cultivo”, enfatizó.

Indicó que la temperatura y humedad son variables de importancia que influyen directamente en el crecimiento poblacional de una plaga; sumado a otras variables que pueden contribuir y convertir a esa plaga incontrolable, “Estas otras variables dependen en gran parte del productor, y lo llamamos control cultural. Este tipo de control considera el conocimiento del productor con una adecuada asistencia técnica, y con la aplicación de ciertas medidas que puedan minimizar o retardar la aparición de poblaciones elevadas de las plagas”.

Recomendó que el uso de insecticidas debe ser de acuerdo a criterios de manejo, aplicándose todas las técnicas para disminuir el daño del insecto. El monitoreo de las parcelas de producción será la mejor previsión que pueda tener un productor para la toma de decisión del uso de insecticidas

“Dentro del manejo de plagas; el escape a las mismas es el mejor mecanismo que pueda aplicar el productor; no obstante, para tener éxito, debe aplicar técnicas culturales como barreras vivas, telas protectoras, trampas de capturas masivas, u otras”.

Concluyó que se debe considerar a la finca de producción como un ecosistema agrícola; donde los productores deberán conocer las plantas que cultivan, las plagas que hospedan; época de aparición e incidencia, monitoreo semanal, conocer los insecticidas y sus mecanismos de acción; y aplicar todas las prácticas culturales que ayudan a disminuir la incidencia de las plagas claves de los cultivos.